Gracias Naturabuela!
Empezar a desvestirse con una misma, después que habían contado lo que había debajo era vergüenza, es una cosa divertida: eso es absolutamente falso, como el 99.9% de asuntos que cuentan los libros, escuelas y educaciones y demás instituciones regidas y creadas por masculinidades mezquinas y solitarias, como dijera el padre de Aureliana Elena, porque debajo de la ropa está la corporeidad, y es un conjunto de materia viva no creada por entidad humana, que está acondicionada con un conjunto de caracteristicas que la hacen capaz, si así lo quiere, de empatizar, de relacionarse, de entenderse y hacerse por cada otra cosa creada viva en este planeta.
Pensar que cada cosa pensamor, sentimos, sabemos: que cada cosa percibimos y entendemos, está mediada por la versión de la realidad que una masculinidad mezquina y solitaria creó para sí y luego impuso para toda otra otredad. Osea: habría que volver a traducir la realidad toda de nuevo, y entonces que las generaciones futuras fueran autónomas en saber de todo desde ellas y sin los juicios, prejuicios, prevenciones y condicionamientos que aquellas masculinidades mezquinas y solitarias sembraron en la totalidad de lo que es posible saber y entender de la realidad hasta ahora en estas lenguas invasoras.
Volver a oler, mirar, tocar, escuchar y percibir toda la realidad de lo creado con la certeza del amor, no del control y la ventaja mediada por excusas de protección y demás mentiras de su tipo. Eso se puede, y quienes ya empezamos a hacerlo nos quedaremos aquí, en la deliciosa Ciencia de la Eternidad: La Espera, para volver a percibir todo de nuevo sin que nos vuelvan a contar versiones la vida, sino vivirla por nosotras mismas y ya.
Gracias NaturAbuela.
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