Son Jenifer, Sultán, Carlos, Xander, Samantha, Alexis, Amber, Sara, Taily, Madison, Kip, Mark, Makena y otres más.
Trabajan por la pasión por algo aparenta ser dinero: son directos descendientes de las instituciones posteriores a cuando quizá una pareja de hominídes; o grupos de aquelles descendientes de otros homínides que empezaron a encontrar ventajoso y divertido, cómodo y conveniente (quizá), hacerle creer a otros homínides que no era la NaturAbuela per sé la proveedora incondicional de ilimitados recursos omnipresentes por todas partes para llevar a cabo el ciclo vital (nacer, crecer, reproducirse, y de vuelta otra vez...), sino "elles", y que entonces había que obedecerles o seguirles para poder acceder a tales ilimitados y omnipresentes recursos...
¿Qué recurso emocional primigenio hizo empezar a hacer nacer las ideas fundacionales que luego evolucionaron a la noción hoy tenemos casi todos naturalizada de la conveniencia y anuencia a que optemos a considerar natural y lógico el controlarnos y aventajarnos entre nosotres y a les otres?
"Sólo se puede tratar de amor"
El lugar está empapado de amor: se trepa hasta por las paredes y cuando llega a las esquinas que dan al techo chorrea tan potente, que si uno dispusiera un plato o palangana pudiera recoger algo y llevarselo para la casa.
"A tu casa zuruyo aunque sea en un pié"
Les homínides llegan y entonces empezamos a bailar: alguien escribe las partituras de los nuevos músicos sentados alrededor del fuego de alguna conversación, y suena una máquina que nos transmite a los luthiers de los ingredientes de la vida cómo empezar la alquímia que los paladares van a hacer sonar de placer intestinal. Calor, fuego, aceites, miradas: es como jugar con la pelota de los mayas, que luego los invasores también creyeron mejorar poniéndole reglas y haciendo de ello otro ámbito donde aventajar y controlar a quienes les escuchan o prestan un instante de su vital percepción, pero esta vez nosotres les alquímicos de los componentes del combustible de la vida, de los alimentos sus preparadores, nos sintonizamos con ese deseo de un sabor que se convertirá en un olor, sabor y textura de alguna temperatura que hará gozar cada hebra de humanidad de aquella persona lo invocó:
¿De dónde nos viene la idea de obedecer a quienes nos cuentan una narración implica que para vivir debemos obedecer a aquellos nos controlan o aventajan por sobre aquellos con quienes espontáneamente nos amamos o compartimos?
No importa al final: siempre cuando estemos listos podemos volver al conducto de donde todo surgió, LA NATURABUELA, y entonces cuando estemos listos estaremos en aquel lugar donde podremos volver a preparar cada instante de la percepción vital con nuestras autónomas maneras de sabernos vivos, alegres, suficientes y tranquiles, como es la vida antes de invocar los recuerdos que nos perpetúan a maneras de ser y estar en que dejamos de ser los protagonistas de nuestro presente.
Comments
Post a Comment